El Payaso Polvorita, la historia del artista
El Payaso Polvorita durante el rodaje del video clip que grabó junto a las Pastillas del Abuelo |
“Si conoce algún cantante, bailarín o lo que fuere, cuéntele
sobre el Festival con Radio Abierta que estamos organizando en el barrio para
incentivar a los chicos a que terminen el secundario, el Festival se llama “No
te cuelgues”, le dejamos el volante”, decíamos a cada persona con la que nos
cruzamos en la Feria de la Villa 31, Capital Federal.
-Soy payaso –anunció Antonio, mejor conocido como "el Payaso
Polvorita". Y del bolsillo sacó una foto doblada en varios pliegos, como un
acordeón, con diferentes imágenes de su cara, mientras se maquillaba para transformarse en payaso.-Yo participé de un video que recorrió el mundo-
comentó en ese momento. Se refería a “¿Qué hago yo esperando un puto as?”, un
tema de las Pastillas del Abuelo donde efectivamente aparece siendo parte del
circo.
“Mi nombre es Carlos Antonio, tengo 54 años, nací en el
Chaco y desde los 8 años, vivo en la calle-, se presentó-. A mi primer madre de
la vida nunca la conocí; fui hijo adoptivo hasta los 8 años, y a esa edad elegí
una vida nueva. Trabajé de changarín, de vendedor, de lustra botas, hasta que un
día a los 15 años conocí un circo, que fue uno de los más grandes sueños que yo
nunca había esperado: comencé como el ‘che pibe’, en el famoso Circo Rodas. Ese
fue mi segundo hogar: aprendí magia, malabares, pero lo más lindo que aprendí
es a hacer reír, fue lo más difícil para mí.
- Ahí nació Polvorita.
Cuando hablo ahora de mi personaje, que es uno de los más
simpáticos que tengo en la vida, me siento orgulloso, porque
Polvorita viajó conmigo a muchos lugares. Y así conocí Colombia, Chile,
México, Uruguay, Paraguay… Muchos países. Y muchos lugares de Argentina,
siempre con el circo.
- Usted contó que al comienzo era “el che pibe”. ¿Cuándo se
pintó la cara por primera vez?.
Yo tenía un maestro que se llamaba Lagrimita, un gran
payaso. Y una vez antes de salir a escena me dio la mano y me dijo: “Mientras
exista un niño y exista un payaso, la sonrisas en el mundo nunca morirán” Y eso
es lo que me dio fuerzas para salir al escenario.
- Habías visitado un circo antes?, habías visto payasos o
algún espectáculo parecido?
No, pero desde chico siempre me gustaron los payasos,
creo que era por un tango que decía “ríe payaso”, un tango muy bueno.
Cuando yo llegué por primera vez al circo me preguntaron que
quería hacer, y yo dije que quería ser payaso, y entonces el dueño del circo me
dijo: ‘vos vas a ser payaso mío, especialmente mío, así que ahora para hacer la
payasada más grande, vas a ir a buscar un balde y un trapo para lavar mi auto,
y esa va a ser tu payasada’, y así empecé, a hacer los mandados, durmiendo en
una casilla, porque no sabía si me iba a quedar o no. Aprendí a levantar
carpas, desarmar carpas, aprendí mucho.
El Circo Rodas fue el primer circo más grande del mundo, y
yo lloré mucho cuando nos jugó una mala carta la vida y el dueño se hizo un
auto robo, y ahí quedamos todos en la calle, quedamos ahí, en Nazca y Gaona,
donde actualmente quedan abandonados algunos carromatos. Entonces el padre del
dueño del circo, cuando se enteró de lo que hizo el hijo, vino a la Argentina y
nos indemnizó como pudo a cada uno, a algunos les dio un carromato, a otros
plata, y a mí me dio algo muy grande que fue la esperanza, yo nunca le agarre
nada a nadie. Mira si alguno me dice: “Antonio hay que ir al hospital a hacer
reír a los chicos”, allá voy, lo hice en el Casa Cuna, lo hice en el Hospital
Garrahan. Y a veces la gente no te conoce mucho como sos, y yo elegí ser payaso
porque primero te hace reír, segundo podes esconderte de vos mismo atrás de la
máscara, y tercero sobrevivir con la máscara de payaso.
Polvorita y Las Patillas del Abuelo
Yo tengo una anécdota muy grande, que creo que fue en el 96,
las Pastillas del Abuelo hicieron un DVD, donde necesitaban hacer la historia
de un circo, y bueno ahí aparecí yo justo, en Pergamino.
¿Cómo fue que los conociste?
Estaba paseando por Pergamino, me fui a comprar comida para
mí y para mi hijo, iba por la plaza así y me choco con el cantante, uno medio
alto así, y lo miro, él tenía un papel en la mano, entonces le digo yo,
‘¿estás buscando alguna dirección?’, me dice ‘si’, y me dice ‘tenes idea de
quien soy yo?’, ‘no’ le digo, ‘y tenes idea de donde hay un circo por acá?’,
‘si se’ le digo, ‘donde estoy yo’, ‘¿vos estas en un circo?’, ‘si’ le digo, ‘¿y
que haces en el circo?’, ‘soy payaso’. Me abrazó, y me dijo ‘vos sos mío’, me llevó
a un bar, me invitó a almorzar, y yo le dije ‘mira que no puedo estar mucho
tiempo porque estoy trabajando’, ‘no te preocupes’ me dijo, ‘te vamos a pagar
nosotros’.
Entonces vinieron conmigo al circo y hablamos con el dueño,
le explicaron que querían grabar un video y todo, y me dice mi jefe ‘¿y estos
quiénes son?’, ‘ni idea de quienes son’, le digo. ‘¿No serán de la municipalidad
no?’, ‘no tengo idea’ le dije yo, ‘me preguntaron por un circo y yo los traje’,
y me dijo ‘más vale que deje plata esto porque sino vas a la calle’. Entonces
vino uno de los cinco y le dijo, ‘nosotros queremos filmar un video con
ustedes, con todos los integrantes del circo’. ‘¿Pero y quienes son ustedes?’,
‘nosotros somos una banda famosa de Rock, somos el grupo Las Pastillas del
Abuelo’, y yo casi me caigo en el piso de la impresión.
Porque vos hasta ese momento no sabías quienes eran.
No sabía quiénes eran, y mi hijo que en paz descanse era
fanático de ellos, y entonces lo abrazó a uno por uno, y bueno, empezaron a
grabar justo un día de lluvia, entonces grabaron toda la tormenta. A mí nunca
me gusto que me saquen fotos y eso. Me dijeron ‘anda a cambiarte que hay una
función a las tres de la tarde’, y yo caí como un tonto, porque ese era un día
martes y no hacíamos función, porque las funciones son de miércoles a domingo,
y yo caí, fui al camarín y me pinte, y son las fotos que tengo. Y después el
dueño me dice, ‘no te cambies, ahora por traer a estos músicos vas a ir a lavar
el auto vestido de payaso’, y yo me fui vestido así, y hay un momento en que
uno de los músicos me dice ‘pará, antes de lavar el auto, te pones así, apoyado
en el auto haciéndote el canchero, como si fueras el dueño del circo?’, ‘te
parece?’, le digo. Y me puse y así me sacó.
Y porque se enojó el dueño?
Porque el circo Papelito es un circo criollo, no es un circo
internacional, y lo más lindo es que después de todo me vino a buscar el dueño
del circo, y me agradeció porque ese era un circo humilde, y después me dice
‘discúlpame Antonio, sé que estuve mal’. Porque después el circo se vio por
todo el mundo.
Como se llama el tema?
“Que hago yo esperando un puto As”.
Un enano con la cabeza gigante
Me vine a los 8 años del Chaco y me puse a vivir en la calle, que fue mi segundo hogar. Y cuando llegue a Buenos Aires parecía un enano con
la cabeza gigante, porque no tenía nadie en quien apoyarme, me sentía
desamparado, me sentía solo, y bueno no tenía a mis padres, pero yo elegí mi
destino. Hoy en día me siento solo porque no tengo amigos, y hace cinco años
perdí a mis dos mejores amigos, mi mujer y mi hijo, y hablar de ellos es como
sacar algo muy grande, no quiero tocar el tema. Yo le echo la culpa a la
inseguridad, mientras yo estaba de gira con el Circo Atlas, en el Chaco
casualmente, me violaron a mi mujer y me mataron a mi hijo de 12 años.
Y pensé hasta ese momento que tenía amigos, y con toda la
gente que conocía acá en Buenos Aires nadie me dio una mano, entonces, hace
cinco años volví a esta vida devuelta, estar solo y como empecé, para mi mis
hermanos son cada persona que conozco, y mi padre y mi madre son la noche y el
día, y siempre le doy gracias a Dios que me dio un talento muy bueno, que es el
ser fuerte, por eso yo te decía el otro día en la charla, que nunca terminamos
de conocernos los seres humanos, osea que cada uno tiene otro yo guardado. Pero
vos sabes que las cosas que yo veo en el mundo en el que vivo, nadie es
perfecto, todos cometemos errores.
La última vez que nos vimos me hablaste mucho sobre poder
ayudar a los niños
Yo lo que quiero dejar, es un mensaje para los chicos, que
nunca pierdan la esperanza, que siempre hay un mañana, que cuando estemos mal
abramos una biblia, que es mejor que un ciber, mejor que droga, que un paco,
que un vino, una cerveza. Dios es la mejor medicina que hay, yo no soy católico
ni evangelista, pero creo en Dios.
Vos me habías dicho Polvorita, que sos un poco Chamán,
tuviste maestros de la vida, me queres contar sobre alguno de tus grandes
maestros?
El mejor maestro que tuve en esta vida fue mi padre. Cuando
mi viejo vivía era todo para mí, pido perdón porque de esto nunca hable con
nadie, tomalo como quieras, pero anoche me costaba dormir, porque pensaba en
cómo hacer la entrevista para hoy, por eso mirá la picardía mía ¿no?. ¿Porque no
me vestí de payaso cómo habíamos quedado para sacar las fotos?, porque quería
que me veas realmente como soy, porque si me pinto va a aparecer Polvorita.
Antes me dijiste que habían tres tipos de payaso, en este
caso estaría Antonio, después Polvorita, y hay un intermedio no? Llevar la
máscara, me dijiste.
En este momento soy yo, si tendría que hablarte Polvorita
tomaría muchas cosas que no son mías, y lo otro es ‘el otro yo’, el enigma como
le digo yo, porque en la vida hay tres escaleras principales que hay que
aprender a subir, primero la honestidad, segundo el miedo, y el tercero es el
más duro de todos, el fracaso.
Entonces yo siempre digo que cuando alguien va a emprender
algo, tiene que superar los tres miedos que yo superé en mi vida, que son: el
miedo a quedarse solo, el miedo a que nadie te quiera y el miedo a que te
quieran.
“Chispita y Polvorita”
Su hijo se llamaba Fabián David. Polvorita cuenta que sacó sus
dones artísticos y a los 10 años se escapaba por la ventana para hacer
malabares en el semáforo desde las 6 de la madrugada. Cuenta que en esa época
llegaron a estar sin un mango, y un día hablando con su mujer de que por falta
de pago los iban a echar, su hijo, que escuchó la conversación, sacó de debajo
de la cama una gran bolsa de monedas que venía ahorrando, “serían como 500
pesos de ahora”, dice Polvorita.
Pudiste compartir el circo con Fabián David?
Cuando cumplió los 10 años lo llevé al circo por primera
vez, yo trabajaba en esa época con otro payaso, y yo quería que suba conmigo al
escenario. En un momento me dice el dueño del circo que tenía que salir a
escena porque me esperaban los chicos, y yo ni me imaginaba, pero cuando dice
por el parlante que íbamos a recibir a un nuevo integrante, yo pensé que era el
otro payaso, que por ahí se cambiaba el nombre para actuar, “con ustedes el
payaso Lagrimita”, y era mi hijo. “Que hace acá pedazo de zapato mal lustrado,
váyase de acá que ésta es mi función”, me dijo, no habíamos practicado nada y
ya estábamos actuando. “Pero y quien sos vos”, “yo soy el mejor payaso del
mundo” me contestó. Y al del circo le gustó, entonces dijo, a partir de ahora
no te llamás más Lagrimita vos, vas a ser ahora Chispita, entonces quedamos
como “Chispita y Polvorita”.
Polvorita cuenta que cuando le tocó despedirlo tras la
tragedia que se llevó la vida de su mujer y su hijo, lo vistió con su trajecito
de payaso.
Chispita le enseñó a Polvorita a hacer artesanías, “él fue
mi maestro”, dice Polvorita.
El psicópata que violó y mató a la mujer se Polvorita y a su
hijo de 12 años entró a la casa cuando él estaba trabajando con el circo, en una
gira por distintos países. Los vecinos le contaron como fue el episodio.
En Reconquista, en la provincia del Chaco “lo agarraron”,
dice Polvorita, “y en la cárcel se encargaron de él, ya que la Justicia no iba
a hacer nada”, agregó.
Después de eso Polvorita remató su casa por cinco mil pesos
para poder pagar el velatorio de su mujer y de su hijo. “Hoy descansan en paz
allá en el Chaco, al lado de mi papá”.
Yo me aferre a mi padre que está arriba que el Dios, y a mi
madre, que duerme todos los días conmigo que es la soledad. La mejor fuerza
está en la mente y el corazón, y si no queres fracasar, y si no queres morir de
tristeza busca a alguien que te acompañe y te entienda, y el mejor amigo es
Dios.
Todo lo que tenemos en esta vida es prestado, vinimos
desnudos y nos vamos vestidos, por eso mientras tengamos fuerza y tengamos
esperanza, vivamos lo que somos, simplemente payasos…
1 de octubre 2014. Maga Benasulin
Excelente!! Una GRAN REFLEXIÓN AL FINAL DEL RELATO..FELICITACIONES!!
ResponderEliminarDivino! Del barrio. Todo un Señor, artista, divino. Discreto y educado. Acabo de comprarle una pulserita que no me la voy a quitar nunca. Me va a traer más suerte de la que ya tengo
ResponderEliminarSalud compañero. Vicky Buchino
Lo conozco del barrio muy correcto y educado como lo son los de la vieja escuela.
ResponderEliminarPersonas que valen la pena conocer.
Un groso Carlitos😉
Gracias por el afecto a cada uno que medio su comsepto sobre lo lehjdo en nombre de mi familia que dios los bendiga cada día de parte de polvorita y Carlos muchas gracias
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Polvorita! sos mi ídolo, de verdad. Esa verraquera tan hijueputamente linda. Decime como te puedo ayudar. O alguien del blog que me ayude a contactarlo para ayudarle con algo. Mi correo es dionyheavy@gmail.com
EliminarQue grandeza mas enorme conocerte, das luz , hoy cada palabra que hablamos la llevo siempre conmigo,
ResponderEliminarQue gran persona Carlos un gusto conocerlo
ResponderEliminarHace ya varios años compro algunos de sus libros. Generoso, pues da y comparte lo poco que tiene.
ResponderEliminarUn verdadero personaje de Buenos Aires.