Respira…
Respira cada bocanada de tu transformación, vivencia cada instante del milagro que acontece ahora mismo que estamos vivos.
Celebra la belleza del compartir, participa en cuerpo y alma de la soledad que cura y abraza.
Observa lo que ocurre con tu vida cuando amas intensamente, comprende que las formas del querer deben conducirnos siempre a la libertad.
Toma lo justo y necesario antes de sumergirte en la selva, nada con el cuerpo desnudo en los lagos mágicos, espía con curiosidad cada noche la mutación de la luna, ella como vos y como yo tiene sus ciclos.
Gira de la mano de tus hermanos, hazte humano también con tus retazos mundanos.
Llora absolutamente por todo, llora la emoción que siente tu corazón para que después también puedas reír.
Respira…
Cuando abraces respira, cuando te enamores respira, cuando descubras los secretos de tu corazón respira, cuando invoques a tus ancestros respira, cuando te empieces a curar respira, cuando llames a Dios respira.
Todas las misiones son especiales, todas las tareas terrestres y divinas forman parte del mismo ecosistema.
Descansa sobre la madre tierra, deja que tus brazos y piernas se conviertan en raíces, la Pachamama siempre recicla nuestro dolor.
Vuela entre tus sueños más altos, míralos de cerca para poder conocerlos bien. Reza con el corazón, cierra los ojos para abrir tu prisma central de conciencia.
Agradece a los maestros, emociónate con sus profundas miradas de sabiduría y guarda en el alma cada nuevo aprendizaje.
Ama a tus hermanos de ruta, a ellos que como tú están aprendiendo a transitar este mundo misterioso. Comprende y acepta la diferencia, todos somos luz y oscuridad, todos vinimos a aprender, todos estamos curando en nosotros mismos el dolor de la existencia. Todos estamos danzando al sol para agradecer el milagro de la vida.
Convive con las plantas y animales de la misma manera que con los demás seres humanos, el pulmón del universo resuena en cada organismo vivo.
Acepta ser parte de un todo maravilloso y bríndate completamente a la tarea que te toque en esta vida, porque muchos a tu alrededor pueden sanar con tu amor.
Agradece al Dios universal que se manifiesta en múltiples formas. Agradécete por cada esfuerzo, amate como el ser vivo y divino que sos, ama a todos los seres vivos y divinos que transitan este instante de la existencia contigo.
Y respira, siempre respira el aquí y ahora.
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