Hablo
hace más de un mes con un hombrecito de pelo blanco, ojos muy celestes, piel blanquísima,
que atiende en:
_“Buenas
tardes, foto mecánica, mándeme…”.
_“Hola,
mi nombre es Magalí, se volvió a descomponer mi cámara y no sé qué puedo hacer”.
_“Envíenos,
que se la arreglamos”.
Días
después:
_“Hola
mi nombre es Magalí, sí la de Lázaro. Que ya le mandé la cámara, se la van a
dejar en una caja estos días. Muchísimas Gracias”.
Cientos
de veces, porque desde que mi cámara se rompió en Mazunte, todo comenzó a cambiar.
Acuarela, 10 de noviembre 2016 |
A veces corremos, estamos deshidratados y
corremos, como si se pudiera correr al futuro. Pero quizá lo más humano sea
aceptarnos tal cual somos en el presente.
Quiero contarte un secreto. Estoy atravesando
un portal de inseguridades. ¿Puedo o no puedo?. Y todo gira sobre mí, la vida
es como un zamba, no tengo otra forma de avanzar que no sea mirar un punto
fijo: el presente.
Cuando me quedé sin mi lente de vidrio
apareció el tercer ojo. El desarrollo de la intuición me lleva por caminos
inesperados. Estoy comenzando a permitir que las cosas simplemente me pasen.
Antes te decía sobre ese debate interno.
“¿Puedo o no puedo soltar el control de las cosas que me pasan?. Quizá cundo
nos preguntamos ¿Qué significa “soltar”?, se trate de eso, de soltar el
control.
Cuando
se me rompió la cámara sentí que estaba perdida en el mundo, en otras palabras,
sentí que perdía el control de las cosas que me estaban pasando. La auto-exigencia
en ocasiones ahoga. Por eso pasar de dar pasos cortos y cargados de orgullo a
la fluidez de los días, es una muralla densa pero necesaria.
Estoy
escribiendo hace días sobre lo mismo, soy una repetición constante de eso que
necesito doblar, ablandar, transformar.
Desarmá los viejos trajes, quédate con un par
de lentejuelas, algunas plumas y todas las estrellas, pero los viejos trajes no
son para éste clima, en éste país, en ésta nueva etapa. Por eso, por más que
duela, soltá el control, respirá profundo y sentí cómo mutan las sensaciones
internas.
¿Sabes por qué llamo paisajes internos a las
cosas que te cuento?. Sí, hay una dimensión adentro, donde existo y vuelo por
todos los universos que están dentro de otros universos, cada ser humano hacia
su interior es infinito. Si me dejas que te hable en libertad te puedo mostrar
los laberintos que cruzas mientras ocurre la vida en la superficie de tu piel.
No hay ninguna respuesta. Pero cada nueva
pregunta sacude ésta galaxia profunda que te compone.
¿Te acordas lo que dijo aquella mujer mapuche
en la entrevista que le hiciste para la radio?. Dijo que la mano debe estar
abierta, porque si agarramos, si nos aferramos, no queda lugar para lo que va a
venir. Entonces pensamos en el muchacho guapo que hacía malabares para vivir.
Las bolas giraban entre sus manos y el aire. Los dedos sólo eran una catapulta,
esperando lo que va a venir.
Por eso es momento de detenerse. Para saber
algo sobre el pasado y el futuro, el único camino real es la percepción que
tengamos del presente.
Cuando el vidrio se quiebra, cuando cruzamos
el portal, cuando aceptamos que la realidad es una construcción de la percepción,
podemos comenzar a elegir.
“¿Hola?,
si, buenos días. Mi nombre es Magalí, lo llamo otra vez por mi cámara, ¿se acuerda
de mí?. ¡Qué bueno!, sí, la misma. ¿Cómo dice?, sí, ya lo sabía, los poderes de
la cámara están en el tercer ojo. ¿Lo pudo arreglar?. ¿Cómo dice?. ¿El tercer
ojo no se quiebra?, ¿está seguro?. Entonces, ¿la cámara siguió filmando todo?.
Gracias, sí, ya voy a buscarla”.
¿Te asusta que todo esto no sea más que un
juego?. Tranquila. Esto es un juego, y así es perfecto, dijo finalmente la mujer de alas
verdes, que en la frente lucía un maravilloso cristal natural de la intuición.
Excelente! !!! Me encantó! !!
ResponderEliminarExcelente! !!!Me encantó.
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