viernes, 11 de marzo de 2016

Dibujar hasta que arda la Patria (héroes sensibles)

“Para comunicar tenemos las calles, las plazas, radios comunitarias y alguna que otra cooperativa, y sino inventaremos cosas”, dice Mora mientras se toma el quinto mate la tarde que Buenos Aires mostró su cara de otoño. Ella sonríe mientras expone su punto de vista sobre el futuro porque antes y después de nuestro encuentro sigue militando para que la censura aplicada por el Macrismo, no se trague la huella del proyecto político que la incluyó en la historia de nuestro país.
Mora 

Mora Sarquis Adamson tiene 30 años, es licenciada en Ciencias de la Comunicación, militante de la Cámpora y dibujante. También es emprendedora, creó recientemente su empresa unipersonal llamada Militarte, que funciona como una posibilidad de aplicar sus dibujos a diferentes objetos de arte. Además es su propia peluquera y tiene dos gatos, llamados Pampa por el tractor y Pulqui por el avión, ambos impulsados por Perón en los años 50’. Su ideología es el idioma con que el que construye su vida.
Mora por Mora
En las redes sociales, sus más de 23 mil seguidores la conocen por sus creaciones de "Esto es poco serio", sus viñetas humorísticas lograron sintetizar diferentes coyunturas políticas. El lápiz que crea sus personajes se nutre de las raíces militantes que empezó a forjar a mediados de 2010, cuando posteriormente a los nefastos noventa, encontró en el kirchnerismo un motivo concreto para creer que la política puede transformar.
“Uno se nutre mucho de la militancia y de lo que le pasa a los militantes, de lo que uno habla con los vecinos, de las discusiones que se arman entre gente que piensa parecido y gente que piensa totalmente distinto. Nunca pensé en dejar de militar por hacer dibujos, me llenan mucho el alma las dos cosas”, y se define “soy una militante que dibuja, no sé si soy una dibujante que milita”.
En el universo inventado por las empresas monopólicas de comunicación, los dinosaurios y los militantes se extinguieron. Después de conseguir que “la opinión pública” rechace a los militantes kirchneristas y principalmente a los que integran La Cámpora, cientos de personas son castigadas todos los días con despidos, represión y estigmatización. Sin embargo, los innumerables ataques revanchistas del actual gobierno, no consiguen frenar el trabajo cotidiano de los vecinos organizados.

“Esperamos que las unidades básicas sirvan de lugar de referencia. Tenemos que entender un poco más cómo funciona la comunicación, porque creo que fallamos en las formas. El contenido del kirchnerismo me parece que ha sido impecable, obviamente con sus errores, pero hemos hecho unas transformaciones del carajo, y quizá no las pudimos comunicar de la mejor manera”, comenta “me preocupa un poco la virulencia con la que se responde al macrista, o no al macrista, pero sí al que votó a Macri quizás equivocado, quizás comprando un discurso que no era verdad. Macri mintió mucho en la campaña, por más que digamos que siempre dijo lo que iba a hacer, no fue tan claro. En la campaña dijo que iba a mantener un montón de cosas que cambió, dijo que no iba a devaluar y que no íbamos a perder nada de lo que ya teníamos, era como un kirchnerismo mejorado casi. Por eso hay que abrazar a la gente que le pasó eso, que votó equivocadamente y no enojarnos, hay que tener paciencia y responder siempre con amor”.

El 7 de octubre de 2015 Mora se transformó en caricatura, atravesó la puerta de la Casa Rosada y fue recibida por el personaje más importante de sus dibujos, pero ésta vez Cristina estaba frente a ella en carne y hueso. Aquel encuentro histórico con la primera Presidenta de nuestro país, es para Mora uno de los momentos más importantes de su vida.
Mora y Cristina

“El encuentro fue increíble y surrealista, es algo que yo todavía no creo que haya pasado. Miro la foto o me acuerdo de esa situación y es como si hubiera sido un sueño. Le decía a Martín, mi compañero, que fue como un paréntesis en el espacio-tiempo. Es tan increíble ver a Cristina cara a cara, y que te hable, y que te diga, Mora esto, Mora lo otro”, relata con la alegría de una niña que recuerda el encuentro con su heroína preferida. “No sabía qué hacer, le decía “te amo”, “te amo”, porque no quería que se me pase la oportunidad de decirle que… y claro, ella me hablaba como una extraña, yo era una extraña, pero para mí era un Perón actual, un prócer y significó que tengo que dibujar más y dedicarme a esto, después veo como sobreviviré económicamente”.
El arte, la expresión de las emociones, las historias que narra cada viñeta de ésta dibujante popular, abraza los sentimientos de miles de argentinos que jamás serán representados en los medios de comunicación. Su vida es un círculo virtuoso, donde después de dibujar, se mete en la obra y milita por todas las luchas que por un largo tiempo no serán noticia de la agenda mediática.


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