“Otro mundo es posible”, dice el bordado de una pequeña tela
en forma de mantel. Está junto a las otras artesanías zapatistas, en uno de los
puestos dentro del Centro Indígena de Capacitación de Capacitación Integral
(Cideci)-Unitierra, Chiapas. Este 25 de diciembre, el día de navidad, nos
inscribimos al Encuentro “L@s Zapatistas y las ConCiencias por la Humanidad”.
25 de Diciembre de 2016. Acreditación al Encuentro “L@s Zapatistas y las ConCiencias por la Humanidad” |
Asistirán 200 mujeres, hombres, niños y ancianos, bases zapatistas
que hablan las lenguas Tzeltal, Tzotzil, Tojolabal, Chol, Zoque, Mame y
mestizo. Ellos podrán hacer consultas a los
más de 90 científicos que fueron convocados para formar parte de las sesiones
generales, charlas de divulgación y talleres.
En la 6ta Declaración de la Selva Lacandona, el Ejercito
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), propone generar en el ámbito
internacional, “más relaciones de respeto y apoyos mutuos con personas y
organizaciones que resisten y luchan contra el neoliberalismo”. Éste, es el
primer Congreso que se hace de puertas abiertas al mundo, motivo por el cual muchos
extranjeros participaremos en calidad de escuchas.
En medio de los cerros chiapanecos, treinta y tres pueblos
indígenas se unirán en el diálogo y aprendizaje para crear nuevas bases de
trabajo conjunto. Otro mundo es posible, y es desde la raíz que comienza la
transformación.
“Nosotros nacimos de
la noche. En ella vivimos. Moriremos en ella. Pero la luz será mañana para los
más, para todos aquellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día,
para quienes es regalo la muerte, para quienes está prohibida la vida. Para
todos la luz. Para todos todo. Para nosotros el dolor y la angustia, para nosotros
la alegre rebeldía, para nosotros el futuro negado, para nosotros la dignidad
insurrecta. Para nosotros nada.
Nuestra lucha es por
hacernos escuchar, y el mal gobierno grita soberbia y tapa con cañones sus
oídos.
Nuestra lucha es por
el hambre, y el mal gobierno regala plomo y papel a los estómagos de nuestros
hijos.
Nuestra lucha es por
un techo digno, y el mal gobierno destruye nuestra casa y nuestra historia.
Nuestra lucha es por
el saber, y el mal gobierno reparte ignorancia y desprecio.
Nuestra lucha es por
la tierra, y el mal gobierno ofrece cementerios.
Nuestra lucha es por
un trabajo justo y digno, y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergenzas.
Nuestra lucha es por
la vida, y el mal gobierno oferta muerte como futuro.
Nuestra lucha es por
el respeto a nuestro derecho a gobernar y gobernarnos, y el mal gobierno impone
a los más la ley de los menos.
Nuestra lucha es por
la libertad para el pensamiento y el caminar, y el mal gobierno pone cárceles y
tumbas.
Nuestra lucha es por
la justicia, y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos.
Nuestra lucha es por
la historia, y el mal gobierno propone olvido.
Nuestra lucha es por
la Patria, y el mal gobierno sueña con la bandera y la lengua extranjeras.
Nuestra lucha es por
la paz, y el mal gobierno anuncia guerra y destrucción.
Techo, tierra,
trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad, justicia y
paz. Estas fueron nuestras banderas en la madrugada de 1994. Estas fueron
nuestras demandas en la larga noche de los 500 años. Estas son, hoy, nuestras
exigencias”, se lee en la Cuarta Declaración de la Selva Lacandona.
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