lunes, 24 de octubre de 2016

El veneno es antídoto (paisaje interno #41)

“Vos también queres probar mi miel, se retuercen tus tripas imaginando el sabor dulce de mi sangre, necesitas que tu veneno me alcance, pero yo salto sobre tus viejas escamas y hago mi danza de fuego riendo a carcajadas.
Acuarela

Tus fríos dientes postizos descansan al sol, mientras sentís la forma en que los pudre el tiempo. Pobrecita bestia de oscuridad, tenes un miedo profundo de mi poder celestial, odias que no te odie, deseas profundamente que elija bajar a tus fondos, a tu tumba abierta, a tu tablero gastado de tanto aniquilar a otras almas.
Tranquila. El tiempo, ese que sentís que te falta, llegará en otras vidas y quizá puedas amar de forma natural. Acepto tu oscuridad como un maravilloso antídoto a cualquier pensamiento negativo que tengas sobre mí. Capturo en una sola toma tu ansiedad desquiciada y te explico todo lentamente, igual que a una creatura deforme que se encuentra atrapada en su propia telaraña.
¿Quién te hizo esto?. Sos la víbora más brillante que vi en todos los desiertos que he visitado. Pobresita bestia disfrazada. Sos la bella viejita del cuento aquel. ¿Te acordás de Hansel y Gretel?. ¿Te acordás de la casita de dulces?, ¿Te acordás de la olla enorme?. Los pajaritos se comieron las miguitas de pan, pero aquí nadie pierde su camino a casa.
Voy a acariciar tu cabeza igual que al perro abandonado que ya no confía en nadie. Voy a sentarme sobre tu lomo para que me enfermes y me cures el vientre, para que me saques las armas y me las devuelvas, para que entiendas a tu tiempo, que para mí el miedo es solo una sintonía que me excita un poquito más. ¿Podemos hablar de sexo en tu templo?, ¿podemos jugar a las escondidas en tu cuarto frígido?, ¿podemos imaginar a tus propios huevos de serpiente en la garganta de alguna otra bestia?.
Bella. Bella tarántula sin brazos, maravillosa lombriz antigua. Soy yo quien te llamó al encuentro, fui yo quien eligió dormir en tus fosas nasales. Sí, fue por mí que tu respiración comenzó a descontrolarse.
Tenes insomnio, ves mis alas verdes cuzando por debajo de tu sexo putrefacto. Cada palabra con la que creo tu mundo define tan precisamente el hueco donde falta un corazón. Y no te gusta, estas intranquila. Porque vi la forma en la que violas los pichones de un nido de colibríes, ¿su sangre te da eternidad para disfrazar esa entidad que sos?. Qué maravilla!, pero debo serte sincera: la historia de Drácula siempre me conecta a la melancolía.
Si pudieras tener mis maravillosas alas, lamentable serpiente de los inframundos… Pero voy a decirte un secreto de libertad. Cuando abras la mandíbula, cuando tus colmillos de acero suelten a la mariposa monarca, tu migración también tendrá luz. Hay un sendero para vos, que no sos más, que un ser herido.
Te bendigo pobrecita creatura. Abro el corazón y te cubro todo ese dolor con amor. El sol es para todos, pequeña serpiente, no trates de atraparlo, sólo necesitas salir del pozo y llenarte de sus rayos de piedad.

El mundo es para todos bella alternativa de maldad. Por eso te abrazo a pesar del veneno y te agradezco con sinceridad por mostrarte así, desnuda, frente a mí. Son tus infiernos, mi sendero al paraíso”, dijo la mujer de alas verdes a la vieja serpiente y siguió vagando por el cosmos. 

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