viernes, 7 de octubre de 2016

La red para sentir el mundo, sin atraparlo (paisaje interno #39)

“Regalo mi subjetividad caprichosa y me uno al universo. Cada partícula de mi ser se conecta al todo y siento el roce magnífico de lo infinito viviendo en el instante. Respiro como el pez que vuelve a su profundidad, ese que solo en sus aguas alejadas de la superficie, se abre en cada escama, hasta que las aletas parecen alas.
Acuarela

Mi red es perfecta porque no atrapa, pero permite que me transforme. Así me traslado entre cientos de paisajes internos, al tiempo que la exuberante naturaleza me mira a los ojos para que nos conozcamos un poquito mejor.
Duermo a pocos metros de mi sueño, eso se vuelve magia porque ya no necesito quedármelo. Me siento millonaria ahora que no soy dueña de nada, en éste día, que es mi mejor oportunidad de amar. Acepto toda la belleza que recibo con las manos abiertas para que me inunde el cuerpo, antes de que desaparezca como una simple brisa.
Tengo que contarte un secreto, te encargo que lo compartas también. Éste planeta, lleno de mundos, tiene todos los tesoros que presentimos de niños. Si cerras los ojos vas a verlos otra vez, porque eso jamás nos abandona. Lo único que tenes que hacer, es creer.
Desde cada nota musical, hasta cada gota de sudor en la piel de los trabajadores más sacrificados, me encuentro, soy, me reconozco, me acepto, me ofrezco. Soy tan joven todavía, igual que vos, igual que ellos también y por eso estamos siempre resucitando.
Voy a morir ésta misma tarde en miles de formas y tras ese parpadeo voy a nacer otra vez, cubierta de escamas, plumas, pelos, pieles, cueros, pétalos, espinas, venenos y medicinas. Podes tomarme las manos en estas letras para sumergirte un poquito más en otras dimensiones, es un milagro que podamos conectarnos sin siquiera rozarnos, y solo por eso ya puedo decirte que agradezco el encuentro.
Desde una cosmovisión de lo material, parecía que reinventarse significaba arrojar el propio cuerpo al vacío. Por eso es importante que la mirada sobre el crecimiento florezca otra vez, hasta comprender que el caparazón que nos fue prestado, es sólo un regalo que nos cubre las almas cuando necesitamos abrazarnos sobre este mundo.
Algunas ocasiones de tu vida tendrán vacío. Ese profundo hueco es la cáscara vieja de una semilla anterior que también sos. Los ciclos precisan de ese silencio incómodo pero necesario que generan las preguntas importantes sobre la existencia. Si te parece bien, podes pensarlo como ese gusto feo del remedio que calma el dolor, confiá en que cuando caigan todos tus paradigmas, la aceptación de la esencia, corre por las venas como espasmos de alivio.
Te obsequio mi red sin fondo para que salgas a explorar el mundo que te rodea. Cuando la vida pase por su aro, vas a sentir la belleza con las manos abiertas. Hay que soltar los dedos porque lo milagroso no necesita ser atrapado.
Tu talento será la observación libre de juicios, y ante la alquimia de tu propia experiencia vas a renunciar a todo, entonces resucitar será asumirte parte del universo.

Tu única misión es permitirte que los tesoros que presentiste en la niñez, te encuentren”, dijo la mujer de alas verdes, que sonriendo con picardía me brindó su red sin fondo que no atrapa, porque sí libera. 

6 de Octubre 2016, Mazunte, Oaxaca, México.  

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