Belleza. Ella deja caer la blusa blanca de seda al suelo y él la observa como en cámara lenta enciende un cigarrillo. Afuera es hielo, adentro ya tira chispas el infierno.
En el televisor el niño
observa como un hombre llama amorosamente a un perro, y cuando el animal está
cerca, el tipo le pega con el puño de hierro en la cabeza, entonces el animal
aúlla y se escapa. El niño desde el sillón, observa como en la cocina su padre
recibe con una sonrisa el plato de tallarines que la madre cocinó y al instante
siguiente lo arroja con violencia al suelo porque le falta sal.
La vida color de rosa arde
por todo el Shopping, las chicas se miran en todas las vidrieras, degustan
todas las imágenes y siempre, aunque lo nieguen, se sienten profundamente
horribles frente a las otras de su edad y clase social. La vida gris mientras tanto,
acontece afuera, donde otras mujeres harapientas y hambrientas extienden una
mano para pedir monedas y con la otra sostienen al niño que come de su pecho
desnutrido.
El sexo reproduce nuestra
especie. Suenan como un coro deforme los gemidos en todo el mundo, y allí van
las melodías de llantos en honor a los que parten. La existencia nos abruma
tanto a veces que es preferible hacerse problemas menores. Cada pequeño
ser-hormiga que se puede ver desde lo alto de la ciudad, guarda en sí una
importante verdad, pero ellos no la prefieren. La verdad asusta, pero eso es el
resultado de la mala prensa que producen los mentirosos.
Una pareja de ancianos
sonríe, los ojos llenos de curvas, que en la piel formaron las arrugas del
tiempo, brillan hermosos al sol. El misterio de la vida acontece en múltiples
formas, por eso después de la lluvia se mueven los suelos en los campos y aún
después de las guerras vuelven a aparecer los brotes verdes.
Belleza. Ella desde la
sutileza, por fin comienza a descubrir su poder.
Magali Benasulin 23 de junio
2015
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