Volver
a elegir un camino, ¿te lo podes imaginar?. Es un momento que podría cerrar la
primera edición del cuento, es la forma que encontramos a veces, para
explicarnos el mundo a pesar de todo.
Si
vieras el escondite desarmado, vos también sentirías nostalgia. Ya no quedan
los pilones de miedos que traje hace casi diez años, ni la extraña manera de
forzar las palabras para que me entiendan los kiosqueros.
Última noche |
Sigo
siendo un fantasma en la ciudad, la diferencia es que ya no me importa. Fui
parte de los túneles y de los cielos, hable frente a todos y también hablé
mucho frente al espejo. Me vi honestamente un día y me pregunté “¿Quién sos?”.
La búsqueda
me deja saber que soy más antigua de lo que aparento, pero que la inocencia
alguna vez me va a salvar la vida. Me gustaría lograr que un día mis palabras
te abracen, porque sé que somos todos iguales. Vos y yo, vos recorriendo con la
mirada mis letras que no pienso editar, yo volcándome al monólogo que encapsula
ésta mañana de julio como definitiva despedida de mi caverna en San Telmo.
Me
desprendo del traje blindado que nunca me protegió el corazón, abandono la
máscara para abejas que no me permite mirarte, te regalo la ventana con los
marcos gastados de tanto recorrerla con los ojos mientras pienso.
Me
disfrazo de ella, de ese personaje que inventé hace un par de años. Comienzo a
recorrer las veredas quebradas por el espanto de la desigualdad, lloro hasta
inundar Puerto Madero, me trepo a los balcones que me obsesionan para mirarte
cruzar la calle de forma anónima.
¿Sabes
porque te digo todo esto?, porque lo necesito. Lo digo para no llevarme una
sensación que deja de pertenecerme en el mismísimo momento, que las miradas de
los otros fantasmas están bacías.
Vos no,
vos no te rindas. Vos busca la vuelta a la rutina, apaga el televisor y deja
girar la película que necesites construir. No tengas miedo, porque de última la
locura es compartida.
Hace
muchos días estoy guardando la vida en cajas de cartón, despidiéndome caóticamente
de todos ellos, el amor no se puede embalar, no se puede guardar con la
biblioteca, no se puede hacer un rollito para que quepa en la valija.
¿Te das
cuenta de lo que te digo?, se trata de volver a elegir un camino. Aunque siga
siendo un fantasma sentada sobre la alfombra que no vuela, aunque la
computadora se sostenga arriba de esta mudanza eterna, aunque no me quede otra
que aceptar todo. Aunque crea ingenuamente, que me puedo salvar de lo gris, contándote
cuentos desde cualquier lugar del mundo.
11: 30
am. 28 de julio de 2016.
MUY BUENO!!!!!! Excelente las fotos!!!!!
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