lunes, 11 de julio de 2016

El instante hormiga que podes convertir en Infinito (paisaje interno #13)

“Siempre es tan sencillo para vos, que te desanudas las alas y me abandonas al cruzar la ventana. No importa que seamos la misma, no te importa si me arrancas una parte, no te acordas nunca de mirar para atrás, mientras te miro partir”, me digo.
La transformación ocurre como el mismísimo desdoblamiento del ser, por eso los retazos viejos se acumulan como pliegues de un antiguo disfraz y resucita el fuego original, ese que no claudica ante los poderes de la luna.
Acuarela

¿Qué puedo saber yo de la puta vida?. La que siempre tiene alguna respuesta ingeniosa es ella, esa parte caprichosa de mí ser, que necesita sobrevolar la noche. Solo ella puede reírse desde la terraza más alta y tomar veneno en el bar de la esquina, sin morir.
Cuando se encontró con la ciudad por primera vez, me miro de reojo en el baño de una cafetería y ya eran más de las siete de la tarde. Pagamos la merienda menos de cinco pesos y asimilamos la tragedia y la abundancia con el mismo ímpetu.
¿Qué puede importar si alguien la entiende?, yo que la conozco bastante y no del todo, sé que a lo sumo le preocupa su propio registro de lo que acontece, en la película que inventa para sí misma.
“No se puede vivir así”, rezongo la mayor parte de la noche, pero ella cultiva alucinógenos en la superficie blanca del satélite y me convida un mate con gusto a menta. Estoy cansada la mayor parte del día, hambrienta, con insomnio y decenas de preguntas sobre todas las cosas del mundo, pero ella apenas me escucha.
Hace algunos días trajo una enorme valija y dice que quiere llevársela vacía. “Te pido por favor que me expliques los planes del futuro”, le digo casi en un gritito agudo que manifiesta mi histeria. “¿Los planes del futuro?”, se ríe, “pregunta eso al futuro, a mí siempre me toca improvisar”.
Esta misma noche decidí no acompañarla y se divierte flotando con las alas verdes entre los edificios de Buenos Aires.  Antes de irse me preparó un café con leche y me dijo “tu opción por la libertad significa hincar el ojo en el ridículo, quemar los viejos mandatos, abrazar este cuerpo y soltarlo en el abismo, entender de una buena vez por todas, que la oportunidad es el instante hormiga que podes convertir en infinito”.

11 de julio 2016. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario