jueves, 28 de julio de 2016

Parte de los túneles y de los cielos (paisaje interno #18)

Volver a elegir un camino, ¿te lo podes imaginar?. Es un momento que podría cerrar la primera edición del cuento, es la forma que encontramos a veces, para explicarnos el mundo a pesar de todo.
Si vieras el escondite desarmado, vos también sentirías nostalgia. Ya no quedan los pilones de miedos que traje hace casi diez años, ni la extraña manera de forzar las palabras para que me entiendan los kiosqueros.
Última noche 
Sigo siendo un fantasma en la ciudad, la diferencia es que ya no me importa. Fui parte de los túneles y de los cielos, hable frente a todos y también hablé mucho frente al espejo. Me vi honestamente un día y me pregunté “¿Quién sos?”.
La búsqueda me deja saber que soy más antigua de lo que aparento, pero que la inocencia alguna vez me va a salvar la vida. Me gustaría lograr que un día mis palabras te abracen, porque sé que somos todos iguales. Vos y yo, vos recorriendo con la mirada mis letras que no pienso editar, yo volcándome al monólogo que encapsula ésta mañana de julio como definitiva despedida de mi caverna en San Telmo.  
Me desprendo del traje blindado que nunca me protegió el corazón, abandono la máscara para abejas que no me permite mirarte, te regalo la ventana con los marcos gastados de tanto recorrerla con los ojos mientras pienso.
Me disfrazo de ella, de ese personaje que inventé hace un par de años. Comienzo a recorrer las veredas quebradas por el espanto de la desigualdad, lloro hasta inundar Puerto Madero, me trepo a los balcones que me obsesionan para mirarte cruzar la calle de forma anónima.
¿Sabes porque te digo todo esto?, porque lo necesito. Lo digo para no llevarme una sensación que deja de pertenecerme en el mismísimo momento, que las miradas de los otros fantasmas están bacías.
Vos no, vos no te rindas. Vos busca la vuelta a la rutina, apaga el televisor y deja girar la película que necesites construir. No tengas miedo, porque de última la locura es compartida.
Hace muchos días estoy guardando la vida en cajas de cartón, despidiéndome caóticamente de todos ellos, el amor no se puede embalar, no se puede guardar con la biblioteca, no se puede hacer un rollito para que quepa en la valija.

¿Te das cuenta de lo que te digo?, se trata de volver a elegir un camino. Aunque siga siendo un fantasma sentada sobre la alfombra que no vuela, aunque la computadora se sostenga arriba de esta mudanza eterna, aunque no me quede otra que aceptar todo. Aunque crea ingenuamente, que me puedo salvar de lo gris, contándote cuentos desde cualquier lugar del mundo.


11: 30 am. 28 de julio de 2016. 

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