lunes, 29 de agosto de 2016

El poder de la brújula (paisaje interno #32)

“Dejate amar y subite a la ventura de estar sintiendo la vida en todo el cuerpo.
Dejate observar para existir, soltá la pesada sotana del fantasma y mostrate, decite al espejo, “acá estoy”. Necesitas estar presente en cada paso de tu vida, ahí hay un templo que empieza a generar, el poder de la brújula.

¿Para dónde debo ir?, decías antes y el universo respondió. Entonces fuiste una discípula maravillosa: aplicada, sacrificada, humana, real.
Miraste la luna todas las noches para soñar un poquito más allá. Recorriste la ciudad hundiéndote en todos los trámites del sistema. Escribiste para salvarte de la locura. Alzaste en brazos tu guarida y la ofreciste al azar. Leíste mis palabras agudas, inclusive cuando tu corazón y tu cabeza estaban en guerra.
El alma abrió un nuevo portal y te dejaste amar.
Todo el mundo comenzó a girar como un zamba y saltaste al abismo con todo el miedo de la raza humana, meditaste en el vacío, y abrazaste algunos recuerdos de tu presente, para que no se vayan nunca.
Este será tu cuerpo, y ahora también, éstas serán tus alas.
Tu historia, la que quizá sea la más complicada de contarte, ocurre ahora como la suma de acontecimientos misteriosos.
Llegó el momento, porque te animaste a entender, que el momento siempre es ahora.
Buen viaje. Yo te sigo en mi avión”, dijo la mujer de alas verdes y cruzó las fronteras en un avioncito de papel.
29 de agosto 2016. Buenos Aires, Argentina. 10:58 am


No hay comentarios:

Publicar un comentario