miércoles, 24 de agosto de 2016

Girar y florecer (paisaje interno #30)

4:09 am del 24 de agosto de 2016 – Última madrugada en la Resistencia.
Entre Ríos a la Resistencia 

Dudé bastante en escribirte esta carta, pero en unos años voy a entender porque es correcto desvelarme del todo. No importa que los minutos sigan cayendo en el reloj como las monedas de un taxi que me devuelve a casa después de una noche psicodélica, porque en éste momento vale la pena la intimidad que produce la madrugada.  
Tu lindo cubito de cristal en San Telmo ya no existe más, ahora tu hogar es una valija y una mochila. Miento, tu hogar ahora son esas personas que amas, estén donde estén. ¿No lo eran antes también?, claro que sí. La diferencia es que ahora ya no hay maleza que me aleje del amor, porque elijo arrojarme al mundo para aprender cómo se ocupan las alas, por lo menos en la caída libre.
¿Sabes que pensé el otro día frente al río?. Si bien es verdad que nunca nos podremos bañar dos veces en las mismas aguas, también es cierto que los afluentes nos conectan como la mismísima sangre que viaja de un extremo a otro del cuerpo. Tus paisajes internos tienen ese código críptico que usas para hablarte a vos misma, para esconderte aunque te desnudes completamente en cada texto, y entiendo de momento que a veces nuestra mayor debilidad es la que nos convida de eso que justamente nos hace valientes.
Por favor no me mires cuando escribo, podrías encontrar en mis ojos cansados, toda la verdad de mis pasiones. Y éste mundo, amiga mía, es un circo fabuloso que me sigue haciendo llorar como una niña.
No tengo tiempo para dejar de soñar. Vos tenes que entenderme cuando me olvido un poco de eso que llaman realidad, porque la verdad es que puedo pasarme toda la vida probándome lentes ajenos para entender otros puntos de vista, pero hay un momento de la vida donde las formulas externas se vuelven obsoletas y no queda otra que andar bien despierta.
Mañana, hoy, cuando sea que me levante, comienza un viaje profundo a otros mundos. Decidí vivir un tiempo fuera de mi Tierra Natal Argentina y animarme a ser en estado puro allá lejos donde brotan otras raíces.
Tengo 28 años recién cumplidos y me alegra mucho seguir así de loca como para hablarle a la que seré en el futuro. Esta es la realidad que elijo construir ahora, y sentada en la habitación que fue el refugio de mi niñez y adolescencia, soy la mujer que se puede reír escribiendo un diario íntimo, que se publica como blog y que aunque solo tenga un par de lectores funciona como trampolín de búsquedas.
A ésta hora, en una semana mi vida estará inaugurando un nuevo ciclo en otro país. ¿A dónde te vas?. Vamos, tiempo al tiempo.
Todas nuestras vidas giran y florecen.
Yo también quiero eso.
Girar y florecer.
Ahora a la cama. Ya son las 4:31 am y es importante descansar un poco.


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